miércoles, 2 de agosto de 2017

PASEANTE

Es toda persona, que por los motivos que sean, no tiene una actividad muy definida en la vida. Puede ser hombre, mujer, niño o niña, el caso es que no tienen una vida muy normal.
Aunque parezca incierto, estas personas, tienen su lugar en la vida y rinden para esta, de una forma u otra. El caso es no ser un estorbo social, una basura urbana.
Van de acá para allá sin un fin muy definido y su único propósito es vivir en esta sociedad austera y que no tiene sitio para personas que “no hacen nada”, son un estorbo y lo único que hacen es comer y beber acosta de los trabajadores.
Yo me atrevo a decir que estas personas saben lo que hacen y viven a su manera en esta sociedad, que es toda dinero y que no tiene sitio para personas con alma corazón y vida, que son los paseantes.
La vida no es solo trabajar para producir, es producir de alguna manera, en valores morales, por ejemplo, que muchos no saben lo que son. Miran la vida desde su yo y a los demás que los arregle otro, que yo con mi trabajo ya cumplo.
No es cierto, pues trabajar sabe todo el mundo, en una cosa u otra. El trabajador debe ser honrado, pues dedica su vida a una tarea. No es menos despreciable la tarea del paseante, que dedica su vida a los demás, a atenderlas y que no les falte de nada.
No es el paseante un tirado por los suelos, que vive a expensas de los demás, es un trabajador del mundo, que le manda esta desdicha.
Por los motivos que sean, no tiene un trabajo que le honre a la forma humana. Es una persona como otra cualesquiera.
Ser paseante es un orgullo para quien lo sabe ver como es: una persona.

JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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