En el mundo hay animales, personas y cosas. Los seres o cosas
extrañas son producto de nuestra mente, enferma que ve seres que vuelan,
escupen fuego o son anormalmente grandes o monstruosos.
Viviríamos mejor si no imaginásemos tantas tonterías o
monstruos o ingenios que causan terror. Es difícil de comprender las mentes de
escritores, que se sacan de la manga un monstruo con siete cabezas, cuatro
brazos y no sé cuantas burradas más.
En la tierra y en los mares hay animales peligrosos, como el
león, el tigre, el leopardo, el tiburón, la ballena, el cachalote, las
distintas clases de serpientes, venenosas o no, que nos pueden crear miedos y
no hay que añadirles más monstruos.
La mente es libre y puede imaginar cosas terribles, pero no
tienen que plasmarlas en libros o en películas, para que la gente los vea. Es increíble
que esas tonterías, puedan gustarle a la gente, quizá porque se aburre.
Pueden escribir sobre cosas buenas, agradables o cuentos
bonitos, agradables o mil cosas que no asusten, sobre todo a los niños, y les
hagan creer que el mundo produce tales héroes.
Me preocupan especialmente los niños, que tras ver un hombre
que vuela, se ponen una capa y se tiran por la ventana. Enséñales a estos niños
a ser aventureros con cosas normales y no con seres que no existen.
Se pueden escribir cuentos, fábulas y mil cosas más sin
escandalizar a la gente, que muchas veces no sabe lo que quiere y gusta de
placeres extravagantes que pueden ser peligrosos para su salud mental,
especialmente, los niños.
Aprended de tantos y tantos escritores que hacen historias
sobre la vida real y sus alicientes, que son muchos y muy variados. Que
entretengan y hagan reír y suspirar.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA
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