jueves, 24 de agosto de 2017

MI AMIGO RAFA

En realidad se llama Salvador, pero yo por equivocación le llamé por Rafa y desde entonces se quedó con el sobrenombre de Rafa. Es buena persona, educado, le gustan las cosas bien hechas, se entrega a su trabajo y lo hace a conciencia.
Rafa es nuestro monitor, mientras que no está Óscar. Ya mismo se va. Es médico de profesión, pero creo que le falta algo para terminar la carrera.
Rafa es amable, se interesa por nosotros y si puede darnos algo, nos lo da. Con su sonrisa y su cariño, tiene medio Cielo ganado.
Yo no tengo monitor favorito, pero   si Óscar faltase, optaría por Rafa. Uno y otro tienen distinta forma de ser, pero son muy buenos los dos. Todavía hay personas buenas y algunas de ellas pasan por el Club de Al-Farala.
Si el Cielo y la Tierra se juntasen un día, espero que aquel no se olvide de los enfermos mentales, que no somos otra cosa que personas que no se adaptan a los cánones de esta sociedad, austera con los que no son afines a ella.
Mi amigo Rafa es un currante por todo lo alto. Se entrega a su tarea como ninguno y no le asusta el trabajo. Siempre tiene alguna palabra agradable para nosotros, por eso le queremos y no deseamos que se vaya.
Mi amigo Rafa siempre está dispuesto a hacernos un favor, si su tarea se lo permite. Le puedes consultar, en confianza, sobre cualquier tema que se te ofrezca, que él, si puede, te solucionará la papeleta.
Para terminar, Salva, te deseo, que por donde quiera que vayas, la buena suerte te acompañe. Que la dicha sea contigo como la arena al mar. Que la vida sea para ti, como un paseo por la playa en un día de calma.

JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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