De esto entiendo yo un poquito, ya que soy sordo de un oído,
lo que implica que tengo mal equilibrio. Me cuesta trabajo incluso andar,
parece que voy borracho.
Me cuesta trabajo ponerme los pantalones, para lo cual me tengo
que sentar. En la ducha tengo que gastar cuidado, porque si no puedo caerme.
--------------------------------------------------------------------------------------
Quien no ha sufrido este mal, no sabe lo que es. Alguno se
ríe de mí porque parezco un pato mareado. De pronto al ir caminando, tengo que
echar un paso atrás, si no me caigo.
Parece una tontería, pero es muy serio todo esto. Mi amigo
Lara sabe bien de ello, porque en un tiempo sufrió una enfermedad similar y es
que, como yo digo, se cae uno al suelo.
Otros expertos en el tema son nuestros mayores, que con el
paso del tiempo van perdiendo la facultad de caminar. Primero usan un bastón,
luego una muleta…
--------------------------------------------------------------------------------------
…Luego una silla de ruedas, hasta que terminan por no poderse
mover de la cama. Es un poco triste todo esto que cuento, pero qué le vamos a
hacer.
Es esta una enfermedad como otra cualquiera, que se queda,
como todas, para quien la sufre. Nadie sabe como viene, pero el caso es que ahí
está y hay que afrontarla.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA JUÁREZ.
No hay comentarios:
Publicar un comentario