Me refiero a las del Covid 19. Al principio nadie quería
ponérselas y, además, no había existencias. Ahora que hay y se ha demostrado su
eficacia, todo el mundo quiere ponérselas.
Además, se acercan las vacaciones estivales y conviene estar
inmunizado, entre otras cosas, para viajar por España y los países que lo
permiten, previa puesta de las dos dosis.
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Por tanto todos tenemos prisa y hemos perdido el miedo
inicial, a ser vacunados. Esta guerra implica también a las distintas marcas:
que si esta es mejor que aquella, que si de esta es una sola…
Las Autoridades Sanitarias hacen todo lo que pueden, teniendo
en cuenta que somos muchos y tienen que valorar cual marca le bien mejor, a
cada grupo de personas, según la edad y status social.
Todo hace pensar que esto va para largo, supuesto que son dos
dosis, que tienen que ser puestas una al cierto tiempo de la otra. Como puede
verse es más complejo de lo que parece.
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Es más complejo, digo, porque aparte de las marcas, están la
edad de la persona, el puesto de trabajo que ocupa, las enfermedades que tiene
e incluso la disponibilidad a ponérsela.
Todo esto da mucho que pensar. Debemos comprender que no hay
vacunas para todos en un tiempo próximo y sobre todo que no las hay a la carta
para cada caso.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA JUÁREZ.
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