miércoles, 6 de febrero de 2019

TODA UNA VIDA

Se han pasado nuestros mayores trabajando fuerte, para poder mal sacar su casa y sus hijos adelante, trabajando mucho y duro y ahora en sus postrimerías de la vida, se hayan solos, enfermos y sin nadie que les cuide.
Han trabajado duro digo, por tener un trozo de pan en la mesa y que no nos faltase a nosotros de nada, cosa difícil porque eran otros tiempos y se ganaba poco. A pesar de los pesares, nos han sacado adelante, a duras penas, pero con ganas de luchar y trabajar, cosa que hoy, por cierto, apenas existe.
Ahora se encuentran mayores y achacosos. Los hijos se fueron cada uno por su lado, es ley de vida, pero ellos se han quedado solos, sin nadie que les cuide como se merecen.
Menos mal que les ha quedado una paguilla, para poder comer y lo que hacen con ella, es darle lo que pueden y más a sus hijos, para que estos le puedan dar de comer a los suyos.
La vida es dura, unas veces por una cosa y otras por otra. Antes tenían trabajo, pero mal pagado y ahora no hay para todos.
Debíamos darles ánimos nosotros a ellos y es al revés, son ellos los que nos animan a nosotros. Toda una vida trabajando, mayormente en el campo, de sol a sol, pasando frío en invierno y calor en el verano.
Todo el trabajo se hacía a mano, no había máquinas como hoy. Con mulos o bueyes araban los campos y donde no llegaban estos, lo tenían que cavar a mano, por ejemplo las viñas.
No nos podemos olvidar que nosotros también llegaremos a mayores y, aunque son otros tiempos, nuestros hijos se irán con sus parejas y nos quedaremos solos, enfermos y sin nadie que nos cuide, como les está ocurriendo a los que ahora son mayores.
Por estas cosas debemos cuidar a nuestros padres, para que el día de mañana merezcamos que nuestros queridos hijos, se ocupen de nosotros de la misma forma que nosotros hemos hecho con sus abuelos.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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