Es la realizada con plantas a través de infusiones,
ungüentos, tomar vapores de dichas plantas, que siempre deben aconsejadas por
un herboristero y no por nuestra propia cuenta:” es bueno hacer esto o lo otro,
porque mi vecina lo hizo y le fue maravillosamente”. Esta idea es errónea,
porque lo que puede ser bueno para una persona, para otra no.
Hay muchas plantas medicinales, entre ellas el tomillo, el
romero, el aloe vera, la manzanilla, la yerba luisa, el eucalipto…
También se cura mediante terapias, charlas, masajes…siempre
hechos por un especialista.
Que nadie se eche a curandero por su cuenta, porque haya
hecho esto o aquello y le haya salido bien.
Asimismo es medicinal el ajo, la cebolla, el limón, la
miel…todos tomados según nos lo indique nuestro especialista.
Es verdad que, a veces, lo natural es más eficaz que la
medicina tradicional, que nos manda nuestro médico de familia o especialista,
pero para afecciones graves, son mejores los productos químicos, que nos receta
nuestro médico.
Que nadie se eche a curandero imponiendo las manos sobre la
zona del cuerpo dañada, que no conseguirá nada, es más, podría agrandar la
dolencia del enfermo.
Cuando estamos enfermos todos queremos ser curados, pero
debemos tener cuidado de lo que hacemos para ello.
Como he dicho antes, lo mejor es ponerse en manos de una
buena herboristería y si se duda de este método, acudir al médico, que ha
estudiado una carrera y sabe más que nadie del asunto.
Tomando lo que el especialista nos mande, seguro que
sanaremos o, al menos, mejoraremos mucho. Para ello debemos tomar las medicinas
como él nos indique y el tiempo por el que nos las mande, tomando cada cosa a
su hora.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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