Ese astro que cada mañana se asoma a nuestra ventana,
despertándonos y dando paso a un nuevo día, es la luz del mundo, la que nos
permite ver y da paso a un nuevo día. Cada mañana brilla con más intensidad y
nos alegra el corazón al ver llegar un nuevo día, plagado de nuevas aventuras
por la vida que por gracia disfrutamos y nos vemos en ella llenos de alegría.
Con el sol crecen las plantas que alimentan a los animales,
que nos alimentan a nosotros. Con el sol podemos trabajar y hay personas que
trabajan de noche como, los sanitarios, policías, bomberos, conductores,
panaderos y un largo etcétera.
El sol es la estrella más brillante del firmamento, al menos
para nosotros, los terráqueos que vivimos en un mundo de color.
Para complementar a este astro están las estrellas y la luna,
que nos dan su luz de noche. La luna regula el crecimiento de las plantas y las
mareas.
Muchas veces no nos damos cuenta de los bienes que tenemos,
porque están ahí todos los días y todas las noches.
La luz del sol es solo superada por la luz del amor, que
ilumina los corazones haciendo que los humanos nos queramos a ciegas, sin
importarnos nada la oscuridad del desamor, del odio de la maldad, de la envidia,
de los malos sentimientos, de los malos dichos, de todo el mal del mundo.
Que nuestro solo nos alumbre siempre y que seamos dichosos,
por los caminos del mundo, mientras estemos aquí y que nos ayude a afrontar
toda nuestra vida, hacia el otro mundo, más bonito y dichoso, que está por
llegar.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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