Es como la luz del sol en verano, como el candor de una flor
en primavera, como una bella mujer bien vestida, como un apuesto y apañado
hombre, como la luz de las estrellas en una noche clara, como la luna llena,
como viajar en el espacio en un veloz vehículo, seguro y bien conducido.
La luz de tu alma se refleja en la luz de tus ojos, cuando se
sienten dichosos, bonitos y alegres. Es como un bonito sueño que nunca termina
en el tiempo, que para ella no existe.
Ya seas rubia o moreno, alta o bajito, guapa o feo, la luz
brilla en tus ojos como la luna reflejada en el ancho mar, en el océano más
remoto de la tierra.
Es tierna como un colchón de espuma, habla de ti por si sola
y no hay nada ni nadie que pueda arrebatártela, porque te pertenece por derecho
y nadie se puede adueñar de ella.
Es veraz como la vida misma y bella como ella sola, va
alumbrando los caminos de la gente que no puede ver con esa luz y los alienta a
seguir viviendo, a seguir luchando en esta vida llena de problemas, que para ti
no existen, porque tu luz es superior a ellos y tu belleza borra el mal del
mundo.
Tu luz es brillante, sin deslumbrar, es como un vaso de agua fresca en un día de calor, es
como una buena comida cuando el hambre aprieta, es la paz del mundo, siempre
lleno de problemas, que en llegando tú, desaparecen.
Que la luz de tu alma no deje de brillar jamás y siga
alumbrando a tantas y tantas personas, perdidas en este mundo lleno de
problemas, que necesitan de ti en todo momento.
Que brille sin parar todos los días del año y que acompañe a
esas personas que tanto lo necesitan.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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