Es lo que deseamos todos en nuestras vidas, pero primero
tenemos que estar bien y en paz con nosotros mismos. La paz puede ser con los
demás y espiritual y el bien se consigue con las dos anteriores cosas citadas.
En paz con todo el mundo quisiera estar yo, que no hubiera
rencillas entre los míos, conseguiría así el bien tan deseado como añorado por
todas las personas de este planeta.
El bien suele ser sinónimo de dinero, pero está el bien
espiritual, que es mayor y más agradable para todas las personas, ya que el
dinero no hace la felicidad. Sin embargo, el bien espiritual si la hace, ya que
lleva a las personas a llevarse bien, en todos los sentidos. No estoy yo en paz
con mis hermanos porque tenga más dinero, si lo estoy si me llevo bien con
todos y eso crea paz interior, que es la paz del corazón, que late con más
fuerza, si lo alimentamos con bienes morales, como son un saludo a tiempo, un
apretón de manos, un beso o un cariñito (si son pareja).
La paz y el bien empiezan en mí, en mi ambiente, con los
míos, con mi pareja e hijos, con mis padres, con mis hermanos, con mis amigos y
conocidos…Es más veraz cuanto más inteligente sea la persona. Ojo que no estoy
llamando tonto a nadie, tan solo pido que utilicemos ese bien a favor de los
demás.
Un buen amigo no es el que te lo ofrece todo, sino quien te
da lo que más te conviene en cada caso. Te puede invitar a un refresco, te
puede ceder el asiento en el autobús, te puede dar todos los bienes del mundo,
pero si no te da cariño, no será amigo de verdad para ti y para los tuyos.
Paz y bien, dos grandes palabras que hemos de tener en cuenta
cuando nos relacionamos con los demás, cuando es cuestión de familia o de
amigos de verdad y de corazón.
Que haya paz y bien para tod@s vosotr@s.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario