miércoles, 4 de octubre de 2017

ROSALINDA

Es mi amiga, compañera y lectora de mis artículos. Ella no se conforma con leerlos, sino que los analiza y busca tanto lo positivo y acertado como lo negativo y desacertado. Busca mis faltas de ortografía y si falta alguna letra en alguna palabra, cosa que yo le agradezco, porque así ganamos ambos. Los dos aprendemos el uno del otro. Los lee todos.
Es una estupenda muchacha con la que me llevo muy bien. La aprecio y ella, creo, me aprecia a mí. En una ocasión llevó un escrito mío al programa Romper Barreras (97.4 de la frecuencia modulada del dial). Todo esto quiere decir que ayuda mucho a divulgar lo que escribo, cosa que le agradezco muchísimo.
Ella es una lectora mía como otr@s que tengo por ahí. Algunos me comentan lo que escribo, de palabra o a través del ordenador. Desde aquí quiero darle mi más cumplidas gracias a tod@s.
Todo ello me anima a seguir escribiendo y, en cierta manera, me dice que lo que hago gusta a algunas personas.
Rosalinda es una chica luchadora, lo que me gusta mucho, porque la verdad es que, tal y como está el mundo, cada uno vamos a lo nuestro. No es así ella, que ayuda en todo lo que puede, en todo lo que está a su alcance, cosa que también es de elogiar. Ella acude allí donde puede ayudar: al Club, a la radio, a los encuentros que tenemos los compañeros para tomar algo, a sus amigos particulares… Es una bella persona.
Yo no la conozco a fondo, no por ella, sino por mí que soy poco dialogador, no solo con ella, sino con todas las personas, incluso con mi familia. Es este un gran defecto que tengo, pero no lo puedo evitar. Yo me expreso escribiendo, pero no hablando, por lo que pido perdón a las personas que puedan molestarse por esta actitud mía, que quizá no es la más adecuada. En especial pido disculpas a Rosalinda, que como digo tiene un carácter elogiable.

JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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