No es la más guapa, la que tiene el cuerpo más bonito, ni la
que tiene los ojos de bonito color. Ni la que tiene más dinero.
La novia ideal es la que se compenetra en la forma de pensar
contigo, viste como a ti te gusta y tú como le gusta a ella. Los novios son los
que tienen los mismos propósitos para sus vidas, los mimos ideales, las mismas
costumbres, los que saben aguantar los defectos del otro, los que saben
escuchar y comprender la postura del contrario, los que saben perdonar.
Si esto es así, adelante formáis una pareja estupenda. Que
nada que se ponga en vuestro caminar estropee vuestros planes. Que la familia
sirva de ayuda.
Su mayor alegría será casarse, independizarse y formar una
nueva familia en un nuevo hogar. Prepararán su nidito de amor, se casarán y
tendrán hijos que serán la alegría de la casa.
Conforme va pasando el tiempo que no falte el cariño, a pesar
de los hijos, que no deben suponer una carga para la familia.
Que se quieran mucho y sean ejemplo para otras parejas que
comienzan. Que no haya infidelidades en la pareja, que discutan los problemas
sin enfadarse. Que estos no sean motivo para enfadarse sino para unirse más
aún, si cabe, para de esta forma, luchar contra ellos.
Día a día la pareja se irá haciendo más madura y el cariño
crecerá cada vez más fortalecido por los hijos y la experiencia.
Los novios ideales han cumplido su propósito, que no es otro
que el de vivir juntos y formar un hogar.
Los problemas no han podido y hoy, después del paso de los
años, viven felices en su casita, que no es la más bonita, pero si la que más
amor derrocha poa los cuatro costados.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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