martes, 17 de octubre de 2017

LAS PALABRAS

Son el medio humano, más importante, para entendernos con los demás. Pueden ser agradables o desagradables. Son mejores, opbviamente, las primeras. Con ellas podemos decir todo lo que queremos, desde pedir lo que queremos hasta mostrar nuestro enfado, pasando por el deseo de comer o beber algo. Como dice la canción hay palabras que hieren y no se deben decir. Más vale estar callado que meter la pata.
Que nuestras palabras sean de halago para nuestros oponentes, que no salga palabra fea por nuestra boca. Si tenemos algo feo que reprochar a nuestro contrario, que sea amablemente, con diligencia, comedidamente.
Que nuestras palabras sean siempre para ayudar al prójimo, no para hundirle. Si no se está de acuerdo con él, decírselo, pero aristocráticamente, sin tacos y respetando la persona tal cual es.
Que digan de ti las gentes: “que educado es”. Este es un piropo que engrandecerá tu alma. Vale más parecer tonto, que ofender a otra persona. Las habladurías son mal camino para aquella.
Poderoso caballero, no don dinero, sino don modesto, porque la sencillez agranda el espíritu de la persona, la hace más sabia, la hace más buena, le hace tener una visión más sencilla de la vida, le hace tener más  y más buenos amigos.
Que tu palabra sea inspirada por lo Divino (cualesquiera que sean tus creencias), que siempre te guiará por buenos caminos. Tus palabras serán bonitas y llenas de sabiduría. Aunque parezca mentira te hará que no caigas o que salgas de vicios como el tabaco, el alcohol, las drogas, el café.
Tu palabra es un canto a la alegría. Tus amigos te alegrarán de verte, tú familia te tendrá en un pedestal, siendo todos tus amigos del alma.
Anda corre, ríe, que tu verdadera fortuna está por llegar. Grande es el mundo y grande es LA PALABRA.
                                                                                        JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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