INVIDENTES

 

INVIDENTES

05-07-2021

No me refiero yo a los que venden cupones de la ONCE, si no a los que no ven nada. Aquellos ven y se defienden, en su trabajo de cuponeros.

Les tengo lástima a los que no ven nada. Se tienen que servir de otras personas o de perros guía, para salir a la calle con su peculiar bastón.

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No conocen a nadie, ni a sus hijos siquiera, nada más por el timbre de la voz. Debe ser una vida muy mala, porque son dependientes de las demás personas.

Hasta por casa les debe costar trabajo andar y para comer. Se lo tienen que hacer todo, hasta ducharlos y buscarles la ropa limpia que se van a poner.

Yo creo que su enfermedad es peor que la de los sordos y los mudos. Estos se tienen que valer por señas para poder hablar, pero, pero al menos ven y conocen a la gente.

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El invidente no puede hacer nada de por si solo. Su vida esta vacía sin la ayuda de su familia, cuidadores o amigos, si no moriría de pena, solo.

El no ver es una de las peores enfermedades que hay. Todas son malas, desde luego, pero el no poder ver la luz del sol, ni las calles, ni a su familia, es muy malo.

JOSÉ ANTONIO MÉRIDA JUÁREZ.