LA LOTERÍA
“La mejor lotería, el trabajo y la economía”, dice el refrán.
Yo creo que tiene toda la razón, porque con el trabajo, aunque sea poco,
tenemos seguro el sueldo y economizando, llegaremos a final de mes.
Cuanto menos tenemos, más nos empeñamos en comprar las
diferentes loterías que hay en nuestro país, porque nos vendría muy bien un
piquito, para tapar deudas y la tentación nos hace caer como pardillos.
Si buscamos, en vez de lotería, un trabajo, por precario que
sea, tendremos seguros unos eurillos, que tanto hacen falta en casa. Si sabemos
gastarlos bien, nos durarán hasta final de mes. Que nadie llame a otro tacaño,
porque se mira en unos céntimos. Este es el deber de cualquier persona, el no
derrochar, para que haya para todos. Si se derrocha, se le quita el pan a otro.
Queremos ganar más y más para tener de todo y eso no lo conseguiremos nunca en
este mundo. Eso si, nos llevará a ser avarientos y a no contentarnos con nada.
El trabajo de la persona es la economía de su país, por lo
que debemos trabajar todos y mirarnos en unos céntimos, para que no nos falte
con lo poquito que dan en los trabajos.
No debemos ser egoístas y pensar que el vecino tiene un coche
mejor que el mío, o que fulanito hay que ver el sueldazo que gana, o que en
casa de aquel, comen mejor que nosotros…
Así no se arregla el mundo, pensando que nos toque la lotería
(que a todos, por otra parte, nos vendría bien) y rechazando un trabajo, por
ejemplo, porque se gana poco y , sobre todo, no gastárnoslo en lotería, que
luego no toca, pero si se quedan con el poquito sueldo que tenemos para comer
humildemente.
No es más feliz quien más tiene, sino quien menos necesita.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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