O síndrome de abstinencia del mismo. Se produce cuando un
fumador, como yo, deja repentinamente de fumar. No sabes que vas a hacer. No te
puedes estar quieto, solo piensas en fumar.
Quien no lo ha tenido nunca, no sabe lo que es. Resulta
terrible el no poderse llevar un cigarrillo a la boca, más si lo tienes a mano,
como yo. Pero algún día tiene que ser el quitarse del tabaco. Para mi ayer y
hoy estoy peor, pero pienso que con la ayuda de la Providencia, lo conseguiré.
Si no fumas, no te metas un cigarro en la boca, que seguirás
fumando y, al cabo de los años, te sentirás molestias en el pecho, tos
persistente, esputos…Entonces querrás quitarte y te costará mucho trabajo.
Yo lo ha intentado muchas veces y espero que esta sea la
última y victoriosa vez, porque el tabaco hace mucho daño al cuerpo: pulmones,
boca, garganta, boca, dientes, arterias, vista….y al bolsillo, pues un paquete
de tabaco vale 5 euros. No está la economía para tanto gasto, ni el cuerpo
resiste tanto humo.
Hay quien se quita de fumar, sin trabajo, lo deja y ya está.
Yo mismo lo conseguí en dos ocasiones y estuve tres años una vez, y cuatro
otra.
Claro que entonces llevaba fumando solo unos meses. Ahora
llevo doce años y la cosa no es igual, por muchos motivos, el más a la vista,
el tiempo. También la costumbre de ir fumando por todos sitios….
Cuando se es joven, está “muy bonito” llevar un cigarrillo en
la boca, parece que es un@ más hombre, más mujer, más interesante para una
posible pareja.
Al cabo de los años este tabaco pasa factura, en
enfermedades, que ya he descrito. Entonces querrás dejarlo y no podrás.
Por lo tanto, te aconsejo que, si no fumas no empieces a
hacerlo y si lo haces, echa fuerzas para quitarte.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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