MI DESCANSO ES TRABAJAR

 

MI DESCANSO ES TRABAJAR

21-01-2022

Había una vez un hombrecillo, que era tan trabajador, que disfrutaba haciendo su tarea. Se levantaba temprano y al despertar ya empezaba a trabajar ¿en qué diréis? Pues no os lo voy a decir. Adivinadlo ustedes, que para eso tenéis la cabeza. Se aseaba, se vestía y cogía el autobús muy de mañana. ¿A dónde irá? Se preguntaba la gente, que lo veía diariamente. Si fallaba algún día es porque tenía que solucionar algún asunto de papeleo o similar.

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Era un hombre como otro cualquiera, tan solo que disfrutaba con lo que hacía. Nadie sabía a donde iba ni cual era su tarea, el caso es que para él todo era trabajo, por el camino y cuando llegaba a su puesto de trabajo. Saludaba a todas las personas que encontraba por el camino y se llevaba muy bien con los niños, los que le querían, porque veían en él otro niño más. Siempre que tenía les daba un caramelo a los niños del barrio. Tres de ellos le han comprado un gorro de lana y es que hace tanto frío en estos días de invierno y lo veían siempre con un gorro.

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Con frío o calor, acudía siempre a su trabajo y lo hacía sonriente, como si de un juego se tratase. Los que le conocían, le querían porque era serio, humilde y no se metía con nadie. Él iba a lo suyo y poco o nada le importaba que lo criticasen, por su forma de ser. Era impaciente, como si le fuera a faltar tiempo para hacer las cosas. No era masoquista, pero le gustaba cumplir con su trabajo. Siempre tenía un minuto para saludar y echar un parrafillo con sus amigos y con quien sea.

Vivía con sus padres ya que su matrimonio fracasó, por cuestiones de la vida. Que se le va a hacer, tiene uno que adaptarse a las cosas. Él no quería que su matrimonio acabase, pero por las cosas que ocurrieron, no podían seguir juntos. Aquella pareja que surgió de la nada y que todo el mundo miraba con admiración vino a terminar un buen día por cosas de la vida, que para ambos cambió completamente.

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Nuestro protagonista tenía un buen trabajo, bien remunerado, pero cayó enfermo y tubo que dejar aquellas tareas que tanto le gustaban. Al cabo de un tiempo lo jubilaron, pero él tenía un trabajo secreto, que realizaba por donde quiera que pasaba. Nadie sabía de que se trataba. Como pista os puedo decir que lo hacía por vocación y que no cobraba por lo que hacía, que podía valer dinero, pero no era la intención de este hombre.

JOSÉ ANTONIO MÉRIDA JUÁREZ