lunes, 27 de enero de 2020

SABER ESCUCHAR


Es algo más que oir a la persona, es prestarle atención a lo que está diciendo, dejándola hablar, pero haciéndole ver que sigues su relato con un: “te entiendo, si, no, de acuerdo…)
El/la contrari@ se sentirá bien y la conversación será gratificante para ambos. Sin prisas, sin nervios, escuchar lo que te tiene que decir y luego hacer tú los comentarios oportunos.
También es bueno preguntarle por sus asuntos, según va hablando, meternos, sin estorbarle en sus cosas, para que ninguno de los dos quede vacío en lo que debe ser algo más que una charla.
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Lo que pasa es que siempre vamos con prisa, porque llegamos tarde al trabajo, porque perdemos el autobús, porque nos están esperando y por mil cosas más.
Por eso debemos intentar tener paciencia ser ávidos y terminar pronto y satisfactoriamente la conversación, vamos que sea fructuosa y agradable para los contertuli@s.
La llamada escucha activa debemos practicar siempre, pero sobre todo en los ratos de ocio, que es cuando tenemos más tiempo para hablar. Hay que aprovechar el momento de encuentro con ese contrari@.
Lo importante es que nos enteremos de lo que quiere decirnos y contestarle a lo que él/la quiere de nosotros, si lo sabemos.

JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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