martes, 7 de noviembre de 2017

LAS MARÍAS


Es como denominamos popularmente a las féminas, pero no debemos desprestigiarlas porque son más inteligentes, fieles y trabajadoras que los hombres. Por su parte, ellas, deben respetarnos y no considerarnos tontos, ni aprovecharse de nuestra debilidad y nobleza.
No hay sexo mejor o peor, hay hombres y mujeres, que si bien somos distintos, nos compenetramos y hacemos pareja (muchas veces feliz, durante muchos años, hasta que la muerte nos separe).
Un hombre que lo es, debe querer, mimar y aceptar los pequeños defectos de su mujer para que haya buen royito.
El sexto sentido de la mujer (mala, se entiende) es el que le hace querer dominar al hombre (perderle el respeto). El hombre, por su parte, debe aconsejar a su mujer, como cabeza de familia, en los momentos malos.
La violencia de género no debía existir. Tenemos boca para hablar y resolver los problemas. Una cosa parecida a los políticos (discuten, pero no se meten mano el uno al otro y mucho menos lo mata, como ocurre con los hombres y mujeres).
Donde hay pareja “perfecta”, no hay grandes problemas. Todo lo más queda en discusiones, que acaban con un beso y un te quiero cariño.
Tanto ella como él deben ser fuertes por dentro para afrontar los problemas de esta vida. Tener tesón para saber cuando hay que hablar a las Marías, cuando hay que hablar a los José.
María es un nombre afectivo o despectivo, según se pronuncie. Que nadie se ofenda porque su pareja, con buenos modos, le llame Pepe o MarÍa, es una forma cariñosa de llamar a su chatín, a su Mari u otro nombre que usan los espos@s.
Pepe, respeta a tu Mari. Mari, respeta a tu Pepe.

JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

No hay comentarios:

Publicar un comentario