Es el mundo de los sordos. Por un buen rato he podido saber
lo que se siente cuando no se oye nada o casi nada. A mí, que soy sordo del
oído izquierdo, se me tapó el derecho en la ducha con el jabón.
No oía casi nada. Fui al médico y me dieron cita para una
semana. Entonces me acordé de un producto, que usa mi madre, para desatascar
los oídos con tapón de cerumen. Fui a una farmacia y no lo tenían. Fui a otra y
tampoco y en la tercera tuve suerte y lo encontré.
Seguí las instrucciones del producto y el consejo del
farmacéutico y después oía casi bien. Esto fue por la mañana, por la noche
repetí la operación y ya oigo bien.
Es muy angustioso que te hablen y no saber lo que te dicen,
por eso y desde aquí, quiero solidarizarme con los sordos, que generalmente son
también mudos, porque no pueden imitar el habla de las personas que les rodean
Hay quien dice: “no hay nada más malo que un dolor”. Es
cierto, pero no son menos malas otras dolencias, como el sufrir el defecto de los
cinco sentidos, los males psiquiátricos, el alzeimer, el parkinson, el cáncer
de cualquier órgano, el asma, el sufrir de corazón, los males de las vísceras,
el carecer de dentadura, el mal de colon, el tener que estar conectado a una
máquina, el mal de la próstata, el mal del aparato genital femenino…
Los sordos viven un poco aislados del mundo, no pueden llevar
una vida como una persona totalmente normal.
No son menos personas que tú y que yo, tan solo que no oyen.
Hay asociaciones para que estas personas no estén marginadas
en esta vida.
No les debemos de tener lástima, ya que ellas saben
defenderse por sí solas.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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