Hablo, como no, del dichoso corona virus. Nos ha dado una
tregua en verano, pero en cuanto han venido los primeros fríos, ha atacado a
los más débiles, y de que forma.
No es un virus local, ni nacional, hay ración de gripe para
todo el mundo. En prácticamente todos los países se ceba con todas las
personas, sin distinguir ni nada ni nadie.
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No entiende de nada, ni de ricos ni de pobres, el bicho ataca
sin piedad, tanto en cuanto los científicos hallen una vacuna, que pare su
paseo triunfante por este mundo de humanos.
Débiles a más no poder, nuestra raza es atacada por el virus
y le hace ponerse en guardia, de todas, todas para no infectarse y en último
caso morir sin remedio.
Yo no tengo ningún familiar ni amigo que haya muerto a
consecuencia del virus, por lo que me siento afortunado de que la pandemia no
nos haya afectado.
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Pienso que sesto tiene solución, solo hay que tener
paciencia, tanto en cuanto, el bicho sea vencido, más que por los médicos, por
la sociedad.
No resulta fácil, pero no es imposible. Te recuerdo que no
hay cosas imposibles, hay gentes incapaces. Y tú dirás: “Este se cree todo
poderoso”, “no, pero se hace lo que se puede”.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA JUÁREZ.
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