HUMOR NEGRO

 

Es normal que, cuando estamos alegres, nos gastemos una broma, sin maldad. Lo que no es tan normal, es que el bromista no tenga consideración.

Hay que tener en cuenta, si la persona bromeada está alegre, para aceptar la broma y que tipo de broma le gastamos, por si le puede molestar.

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Es normal que derrochemos nuestra alegría, pero debemos asegurarnos, que el contrario está en condiciones de recibir dicha broma.

Es más normal hablar simpáticamente, de los temas que vienen a cuento, asegurándonos  de que las palabras que decimos, no molestan al contrario.

El tema de conversación puede ser variado, siempre teniendo en cuenta lo que une a los hablantes, si son amigos, familiares, gente que no conocemos de nada.

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El que gasta la broma negra, se hace el gracioso, pensando solo en sí mismo, sin darse cuenta que el bromeado, pueda estar en buenas condiciones de aceptar la broma.

Lo bonito es hablar en serio, sin descartar el buen humor, mantener una conversación edificante, que llene el corazón de ambos hablantes.

JOSÉ ANTONIO MÉRIDA JUÁREZ.