A la altura del año que estamos y, en nuestro país, apenas ha
llovido. Eso si, ha nevado y hace bastante frío. Cuando llueve lo hace
torrencialmente de forma tal que, no se aprovecha el agua y solo hace daño en
el campo y en la ciudad.
Las nieves que han caído si son buenas para las estaciones de
esquí y, cuando se deshielen, en primavera, serán agua en nuestros pantanos.
Todo esto ocurre en España y en el mundo entero por el cambio
climático. La contaminación es tal que no llueve en condiciones desde hace
varias décadas.
El ciudadano de a pié poco puede hacer porque esto cambie.
Sin embargo, los gobiernos de las grandes naciones tienen en sus manos el que
esto siga aumentando o disminuya, imponiendo normas de comportamiento
industrial y ciudadano que hagan que esto no vaya en aumento.
La primera potencia mundial, los EE.UU. no está muy por la
labor de que esto ocurra. Más bien mira el enriquecimiento de los ciudadanos,
al precio que sea.
Por otro lado está el presidente norcoreano, provocando con
sus misiles nucleares, que pueden dar lugar a una guerra atómica, cosa que
dejaría al planeta destruido e inavitable.
La culpa no la tienen los dirigentes, sino los que le votan,
sabiendo lo que son. No tienen ni un pasmo de luz y no piensan con la cabeza
estas personas.
Solo nos queda esperar que las personas piensen y decidan lo
que quieren para el planeta: que funcione bien o que se venga atrás y vayamos a
la hecatombe, que sería más que un tiempo adverso, significaría la destrucción
del planeta y la muerte para cientos de miles de personas o quizá más.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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