lunes, 18 de diciembre de 2017

MADRE Y PADRE

Tod@s hemos tenido una y uno. Muchas personas quieren más a su madre y dicen que como una madre no hay nada. Yo, sin embargo, los quiero a los dos por igual. Una tiene una forma de ser y de quererme, el otro me llena de otra manera.
Las madres son más sufridas y están más por el bien de sus hijos. Los padres quieren de otra forma aconsejándonos, pero de otra forma que las madres. Muchas veces perdonan en silencio y dan su sabiduría a sus hijos, sin darse mucho a ver.
Las madres están más por lo físico: porque comas bien, porque te asees, porque no bebas alcohol ni fumes. En definitiva por que te cuides y vayas presentable.
Los padres, a pesar de que son más liberales, quieren con el corazón y saben que los hijos del matrimonio son el mejor regalo que les ha dado esta vida. Son más celosos y menos trabajadores en casa, que las madres, que no ven bien esta actitud de su marido.
Las madres suelen regañar más que los padres a los hijos, pero es porque le duelen los males que les pueden ocurrir a estos. Están siempre pendientes a sus retoños, de forma tal, que puede llegar a molestar. Ojo, que yo no le reprocho nada a mi madre. Es la mejor del mundo y yo la quiero mucho.
Los padres sufren en silencio el destino de sus hijos y los orientan hacia lo que puede ser mejor para ellos.
Muchas veces no hacemos caso de los dos y hemos llegado a odiarles, sin razón. Quizá porque nos han reprochado algo que hemos hecho. Muchas veces sin razón por nuestra parte, pero el mundo es así de injusto.
Seamos como seamos, no debemos retirarle nunca el cariño a nuestros padres, que ellos no dejarán de querernos a nosotros.

JOSÉ ANTONIO MÉRIDA. 

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