martes, 19 de diciembre de 2017

LOS NIÑOS DE LA GUERRA

Son reclutados  a la fuerza por los distintos países que están en guerra. Con tan solo siete u ocho años, les enseñan a manejar una mortífera arma y a matar con ella, a los que aquellos soldados consideran enemigos.
Esto ocurre porque no hay hombres suficientes para hacer la guerra al enemigo, porque los han matado los contrarios.
No tienen escrúpulos esas gentes que mandan a disparar y matar a otros hombres o niños, que les hacen frente en las mismas horribles condiciones.
Si quieren hacer la guerra, que la hagan ellos y dejen a esos pobres niños, que lo único que saben hacer es disparar, con sofisticadas armas y matar al “enemigo”, en lugar de ir a la escuela y aprender a leer y escribir y formarse para ser hombres de provecho.
Lo mismo que matan, son abatidos por su “enemigo”, que puede ser otro niño de corte edad que, manso, obedece las órdenes de sus jefes, que no tienen conciencia.
Seguramente los engañan prometiéndoles una vida mejor si ganan la guerra y si mueren, les dirán que alá los recibirá en el cielo como grandes guerreros, dignos de la gloria.
Ni existe la gloria que les prometen, ni su dios, alá u otro los va a recibir en ninguna gloria. Ni los que dicen estas cosas saben lo que están diciendo.
Yo no me meto en creencias religiosas. Cada cual puede creer lo que quiera, pero que no engañen a esas pobres criaturillas de esa forma tan despiadada.
Todos estos conflictos los crean los dirigentes de esos países, que quieren tener más y más poder y riqueza a costa de estos inocentes niños, que matan sin saber el pecado que cometen.

JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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