Con una cervecita, si te la puedes permitir, o si no con un
refresco, es la mar de agradable. A media mañana o a media tarde, viene de
perlas. Solo hay que tener un poco de dinero para gastarlo. Sienta bien y es un
lujo para el cuerpo.
La gran ventaja de comer en un bar es que no tienes que
cocinar, te lo ponen todo delante y luego no tienes que fregar los platos. Se
comen cosas que no son habituales en casa y todo como que sabe mejor.
Quien dice una tapa, un desayuno, un almuerzo o una cena.
Todo está más bueno en el bar. Una cena con tu pareja o en familia es una
pequeña celebración que algunos pueden permitirse.
Solo tienes que llamar al camarero y al instante te traerá
eso que tanto te gusta y que está más bueno que en casa. Será por los
condimentos que le echan, será el toque mágico del cocinero. La verdad es que
todo está rico, exquisito y muchas veces no sale tan caro como se piensa.
Esto se queda para una ocasión especial en la que dices a tu
pareja: cariño, hoy no tienes que cocinar. Ponte guapa que nos vamos al bar del
barrio a darnos un lujo. Ella te dará un beso en agradecimiento y hale a
disfrutar mucho, que esto se queda para una vez, porque la verdad que la
economía no está para tonterías.
Si no puedes permitírtelo, hazlo tu mismo en casa. Ponte el
delantal y a cocinar machote, que tú también sabes hacerlo bien rico. Quítale
el moho a esa barbacoa que seguro tienes en casa y a disfrutar haciendo, por un
día, lo que seguro también te gusta: cocinar. Ella te lo agradecerá.
El comer, además de necesario, es un placer que en España
todavía nos podemos permitir. Tiempos vendrán en que todo sea una celebración.
Que todo llegará, no hay que llorar en vano, cuando tenemos la comida y el pan
asegurados. Podemos llorar con un solo ojo.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario