Es difícil, teniendo en cuenta que está en todos los sitios,
casi como Dios. Las cosas que se nos vienen a la mente, pueden ser casi lo
mismo malas como buenas. Debemos tener mucho cuidado, pues nos jugamos mucho:
la vida eterna.
Nosotros vivimos tranquilos, sin darnos cuenta que este ser
nos acecha, para hacer el mal. Es muy inteligente y nos puede hacer caer, en
cualquier momento, en el pecado. Cosa esta que Dios no quiere, por nuestro
propio bien.
No cuesta mucho hacerlo bien, basta con portarnos como nuestra
conciencia nos dicta, dentro de nuestra mente y que va siempre encaminada a
hacer el bien. Yo puedo hacerlo, tú también. No dejes escapar esa oportunidad,
pues vivir, solo vamos a hacerlo una vez.
No es para amedrentarse, es simplemente tener cuidado con ese
ser, que es malo sin medida y Dios quiere que seamos nosotros, quienes le
venzamos, con nuestro proceder en la vida. Insisto, no es tan difícil, basta
con portarnos bien con los demás, dar un poco de limosna, saludar a la gente y
cuatro cosillas más, que no son imposibles. Basta con estar siempre alerta y no
dejar escapar una posibilidad de agradar a Dios.
La vida es muy bonita, para que nos la amargue un espíritu
malo, estando al alcance de nuestras manos el espíritu bueno, dispuesto siempre
a ayudarnos, si hacemos lo mínimo que, como digo, está al alcance de nuestras
manos.
No se trata de que cambiemos nuestra vida en sí. Se trata de
hacer una vida normal, pero siempre encaminada a lo Divino. Seremos mucho más
felices.
Yo soy el primero, ya que lo digo, que debo cumplir estas
cosas. Si me veis desencaminado, por favor, avisarme.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario