jueves, 16 de marzo de 2017

LA BUENA SUERTE

Muchas veces depende de nosotros mismos. Pedimos buena suerte, sobre todo, cuando vamos a hacer algo importante en la vida. Como por ejemplo cuando vamos a pedir trabajo. Echamos la solicitud, pero no es suficiente. Tenemos que prepararnos, estudiando, practicando, yendo tranquilos, serenos, con la seguridad de que lo vamos a conseguir. Es importante, sobre todo, el ir bien “puesto” en la materia que sea, tener experiencia y si es la primera vez, que vamos a ocupar un puesto similar, lo dicho, ir muy preparado y pensando que lo vamos a conseguir.
En estos momentos nos acordamos de Dios, pero ¿te acuerdas de Él cuando las cosas te van bien? Esto es importante, porque si queremos usar a Dios, solo cuando vamos a hacer algo importante, creo que estamos equivocados. Hay que acordarse de Él, en lo bueno y en lo malo, igual que decimos cuando nos casamos por la Iglesia Católica: “si, quiero a esta mujer o a este hombre, para lo bueno y para lo malo”.
La suerte puede ser buena o mala, según cada caso. Hemos de luchar con todas nuestras fuerzas, físicas y psíquicas, porque esta sea buena. Sin embargo, hemos de tener en cuenta, que no siempre nos pueden venir bien las cosas. Unas veces nos saldrán todas bien y otras solo algunas. Hemos de conformarnos con este sino y hacerle caso a nuestra conciencia, entonces las cosas nos irán mejor.
Hemos de confiar en la providencia y veremos que nos va bien, relativamente,  a si nos pensamos mucho las cosas.
Podemos cambiar nuestro destino, perseverando en lo que queremos, si esto es correcto para nosotros y para los que nos rodean. No vale empecinarse, en que todo nos tiene que salir como nosotros queremos. La lucha personal, por todo, es muy importante.

JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

No hay comentarios:

Publicar un comentario