martes, 28 de marzo de 2017

EL MOTOR DEL MUNDO

Pongo este símil, propio de los coches, porque al igual que estos, el cuerpo debe ser cuidado todos los días. A un coche le cambiamos el aceite, los filtros de aire, aire acondicionado, gasoil o gasolina, le hacemos revisiones periódicas. Cuando tiene una luz fundida, se la cambiamos, lo lavamos….
Nuestro cuidado es, sobre todo, comer bien, asearnos, ir al médico, cuando tenemos alguna enfermedad, dolor o malestar.
En un país como España, donde tenemos la Seguridad Social, que nos cubre casi todo, no nos cuesta trabajo pasar nuestras  revisiones y tener el motor, el corazón (sobre todo) y el chasis, o sea, el cuerpo en perfecto estado de uso.
Es importante todo: los cinco sentidos, el habla, la cabeza, todos los órganos del tronco, las piernas y los brazos… Haciendo una vida activa y comiendo bien conseguiremos, que nuestro cuerpo esté bien y sea el motor del mundo. Porque si falla algo (sobre todo con la edad) ya la cosa no va bien. Por eso debemos cuidarnos desde niños.
Vienen los dolores de espalda, de tobillo, de rodilla, lumbares, de espalda en general, de hombro, de codo, de muñeca, de los dedos…
También podemos sufrir un accidente y quedar cojos o doloridos o partirnos algún hueso. Lo que cambiaría nuestro tren de vida.
En ciudad hay que tener mucho cuidado con los coches, motos y bicicletas, que si nos dan un golpe (aunque tengan la culpa ellos) y el seguro nos cubra el mal causado, este nos dejará secuelas para siempre.
No cuesta trabajo mirar a ambos lados, cuando cruzamos una calle, porque los conductores pueden tener un despiste y hacernos la puñeta.
 Los vehículos corren mucho y nosotros tenemos que cruzar muchas calles cada día. Los conductores deben no distraerse, no usar el móvil, no fumar, no beber alcohol, ni tomar drogas o pastillas, para un tráfico seguro.

JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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