Dicen que la confianza da asco y es cierto. Cuando dos
personas se exceden en amistad aparece, en broma o en serio, la falta de
respeto. Hay un tiempo para las bromas y un tiempo para lo serio. Cuando se
confunden estos dos términos aparece esa cosa que hace que la amistad se rompa,
por exceso de confianza. Queriendo o no se hieren los sentimientos del
contrario, que nunca son, mentalmente, los del otro.
Por estas razones se debe tratar a la persona con mucho
cuidado, porque nunca llegaremos a conocerla lo suficiente, vamos que no
podemos estar dentro de su mente, a efectos de gastarle bromas pesadas o
hablarle en una lengua que esta no conoce o aborrece.
Dos personas se juntan para pasar un rato o la vida, charlan,
hablan de cosas serias, viven experiencias…Todo está permitido, menos que una a
otra le toque la moral a la otra porque entonces, por muy noble que sea la
persona, tarde o temprano se revolverá y pueden acabar mal en todos los
sentidos. Hay que guardar las distancias.
Lo último sería llegar a la violencia, pero puede ocurrir,
porque si una persona es buen amig@, soporta lo que le echen, pero llega el
momento en que su gran calma explota y nunca se puede saber a dónde puede
llegar.
Jamás se llega a conocer lo suficiente a una persona como
para propasarse, en broma o en serio, con ella. Hay que respetarse mutuamente y
tener en cuenta los argumentos que el contrario expone, a la hora de llevar a
cabo un proyecto.
Hay veces que se discute estando de acuerdo en un tema dado.
Simplemente ocurre que un interlocutor dice las cosas con unas palabras y el
otro con otras. Escuchar y dialogar es el mejor sistema para no llegar a malos
entendidos.
Llevarse bien es una de las cosas más bonitas del mundo.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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