DIOS ALEGRE
21-01-2023
Dios es más alegre que unas castañuelas, pero hay que
entender la responsabilidad que tiene para llevarnos por el buen camino a
tod@s, dada la libertad que nos da a todos de actuar como mejor nos convenga y
esto se contrapone (a veces) con el libertinaje que nosotr@s decidimos tener en
cada cosa que hacemos. Si lo hacemos mal, se pone serio y pone medios, que los
tiene, para que vayamos alegres, pero que sigamos la ley que Él nos dicta y que
todos conocéis, porque yo os las recuerdo, de vez en cuando y que nos tenemos
que seguir a rajatabla.
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Dios es más alegre que cualquiera de nosotros, pero estamos a
su cargo, para lo bueno y para lo malo. Vosotros diréis que me contradigo, pero
no es cierto. En esta vida hay que reir en su momento y desgraciadamente hay
que llorar, cuando nos pasan cosas malas, entretanto llega la hora de que todos
nos reunamos en el Cielo, donde no hay lugar para el llanto y todo es alegría y
gozo, de ese que llevas muy adentro de tu corazón y que te pide a voces, que
llegue pronto ese momento.
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A Dios se le pueden aplicar todos los adjetivos buenos que
hay en nuestra lengua y algunos que nuestro entendimiento no alcanza a conocer.
Pues sí, Dios está por encima de nosotros,
pero quiere que seamos sus amigos del alma. Que caminemos juntos por la senda
que Él nos encomienda, que no es un valle de lágrimas, es solo ser, un poco,
como nuestra alma nos dicta, que muchas veces hacemos lo contrario y ahí es
donde se torna el Dios alegre en Dios diligente, cuyo único deseo para nosotros
es que ningún trocito de Espíritu suyo, que somos cada uno de nosotros, se
pierda.
Dios nos ama mucho hasta el punto de entregar a su Hijo
único, para que viniese a la tierra, a sabiendas que los sacerdotes de aquel
tiempo y el César se iban a poner en contra de Él, porque eran hombres malos,
que malinterpretaban Las Sagradas Escrituras y se hacían dueños y señores de
ellas, cuando Jesús vino al mundo a explicárselas a su pueblo de Israel, que se
hallaba sumido en guerra y en desgracia.
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Por eso quiso Dios mandarles un poco de alegría y esperanza,
con la venida del Señor Jesús al mundo. Ese niño que era la salvación de aquel
pueblo oprimido, como digo por el César y por los sumos sacerdotes, a saber cuál
de ellos más malo. Por eso os digo que Dios es alegre, pero diligente, porque
si no se lo comen por sopas, porque los reyes de este mundo son así de malvados
y su pueblo no tiene más remedio que someterse a ellos.
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Vino la alegría al mundo, vino Jesús a redimirnos del yugo
que ataba a aquel pueblo de Israel, que hoy se extiende por el mundo entero,
con tan solo seguir sus aclaraciones de aquellas antiguas escrituras en un
Nuevo Testamento, que si lo leéis con atención, vendréis a darme la razón a mí,
que no soy nadie, tan solo uno más de esos discípulos de Jesús desperdigados por
el mundo en todos los tiempos.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA JUÁREZ.
