Cuando los niños se convierten en muchachos, se vuelven
rebeldes y no hacen caso ni de sus padres, ni de profesores ni de nadie. Para
ellos todo son juegos y novias.
Nosotros no nos acordamos ya, pero cuando teníamos 14 o 16
años, éramos rebeldes y nos importaba poco todo lo que pasara a nuestro
alrededor. Ellos son…
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….lo único importante, en su mundo de medios hombres, que no
saben lo que quieren y lo que importa en esta vida, tan complicada que, por
suerte o desgracia, nos ha tocado vivir.
Es ley de vida, los jóvenes se revelan en contra de la
sociedad, que ellos no entienden, y no comprenden que nos tenemos que amoldar a
ella, bien queramos o bien no queramos.
Nosotros debemos comprenderles, porque están empezando a
vivir y quieren comerse el mundo. Sus padres se preocupan por ellos, porque les
ven un negro futuro incierto.
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La suerte de los padres será, que no se metan en vicios malos
de drogas, alcohol u otros, que destruyan sus vidas, sus estudios y un futuro
próximo, que empieza pronto.
Debemos ayudarles, con nuestro ejemplo, a enfocar la vida
hacia estudiar con vistas a un próximo trabajo, que ellos no contemplan como
cosa importante en la vida.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA JUÁREZ.
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